Este relato lo escribí hace casi
4 años, inspirado en algunas vivencias de mis últimos días en las clases de inglés en el ICPNA.
Jueves,
23 de diciembre de 2010
No pensaba en nada más que en
sentirme relajada en clases, tanto como solía estarlo, o hasta más. Al
principio todo es chévere. Si pudiera mantener esa estabilidad del primer día
todo sería mejor. Pero nada es perfecto, y esta demás decir que las cosas no se
acomodan a lo que uno quiere, sino que uno debe acomodarse a como están las
cosas.
El último mes estuvo más chévere, porque
me cambie de horario. No sé por qué, pero me gustan las cosas nuevas. Siento
que la rutina no es para mí. El punto es que estuve interesándome por
levantarme más temprano y por tratar de no molestarme por estupideces. Y claro
por no desaparecer tan seguidamente. En esas que conocí a Anthony.
Era un día que yo había llegado tarde
a clases y me senté en una esquina pensando que sería la última en llegar, pero
al cabo de 5 minutos llegó él, y se sentó a mi lado y junto a Geraldo, quien
también llegó tarde. Entonces pensé: uff hay peores. Escuché a Anthony decir
que se había levantado recién y no sabía si venir a clases o no, y yo me reí y
él también. Así fue que nos empezamos a preguntar cosas habituales de la clase.
Al cabo de un par de días hablábamos más en clase, porque teníamos que pensar
en los ejercicios de inglés. No sé cómo, pero terminábamos riéndonos de las
cosas que inventábamos. Era la primera vez en tanto tiempo que me sentía cómoda
con un chico. Sin importar las tonterías en las que yo pensaba. Que alguien me
pregunte cosas y que espere una respuesta satisfactoria era algo que tuve que
hacer casi a la fuerza. Sentía como una mano agarraba mi cara y la volteaba
para notar que alguien más estaba hablándome.
Y ahora que recuerdo esos días, veo a
Anthony hacer un wave con la mano de nuevo y decir: Hasta Pronto. Así fue, por
un par de días quedé algo pasmada acerca de por qué me sentí atraída, a pesar
de que otro patín de inicial E. había intentado saber mucho más de mí. ¿Será
porque Anthony era como el Wes Bentley de la clase de inglés, pero con su
celular Sony Ericsson verde con negro? Quizás.
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