lunes, 21 de septiembre de 2015

Mi colección Keri Smith

Comprar un “libro no libro” es algo confuso para un amante de los libros, más aún si el autor te propone una serie de ejercicios que atentan contra el estado físico del libro. Por mucho tiempo me resultó difícil subrayar un libro con otro utensilio que no sea un lápiz. Un día me puse a pensar en el por qué de esa acción y concluí que gran parte de ese supuesto cuidado se debía a que tenía miedo a equivocarme. Miedo a que el libro se vea feo, miedo a subrayar y no poder borrarlo; también miedo a romperlo, mancharlo y ensuciarlo.  

Tiempo después escuché en la radio que una buena lectura implica también subrayar, resaltar y anotar ideas sobre el libro. Miré mis libros bien cuidados y apilados cuidadosamente en mi escritorio y decidí comprarme lapiceros de colores y usarlos sobre mis libros. Desde ese entonces comprobé que las lecturas me resultaban más digeribles y que realmente podía divertirme leyendo textos que usualmente patearía por su complejidad. 

Yendo más allá

Leí sobre Keri Smith en escribir.me, descargué las “100 ideas para escribir” y me propuse hacerlas en un cuaderno. Quedé tan fascinada con los ejercicios que sentí curiosidad por saber más de ella y comprar algún libro. 

¿Quién es Keri Smith?



Mi colección

jueves, 13 de agosto de 2015

Liz en mi vida



Siempre me han gustado los perros. Creo que es una afinidad que heredé de mi papá. Desde muy chiquita tuve perros y perras (lamentablemente suena mal esa palabrita), hasta el 2008 ó 2009 - si no me falla la memoria- fue cuando de manera sorpresiva mi papá mando a "dormir" a nuestros dos queridos perros, argumentando que no tenía tiempo para limpiar sus heces ni hacerse cargo de las enormes raciones que demandaban diariamente. Reforzó las puertas con más chapas, compró los mejores candados y nos mandó a callar a todos diciéndonos que nadie se dignaba a limpiar el techo, salvo él. 

De hecho no sentí mucho la ausencia de mis perros, puesto que en esa época estaba en varias cosas. Por las mañanas estudiaba inglés, luego trabajé una temporada en un centro cultural, otras veces iba a casa a hacer mi tarea de inglés o las de la universidad. Por la noche iba a clases hasta muy tarde, y así transcurrían mis días.

Nuevamente llego a un punto que se me hace difícil explicar. Bien, lo intentaré. En esos años, los estudios eran mi vida: el inglés me encantaba (y me sigue encantando) y me había enganchado con la universidad. A parte de eso, no tenía mucho. O al menos eso era lo que yo creía. De cierta forma me refugié en las notas y en el academicismo para paliar algunos vacios en mi vida. A la vez estaba pasando por un periodo de depresión que era producto de varios factores que en ese momento no me resultaban claros.

martes, 21 de julio de 2015

El acto de exponer-se.


Yo no sé. No sé porque comienzo con esta frase. Me recuerda a la libertad de los blogs, se siente tan bien escribir lo que a uno le nazca...tan bien. Qué trabajo, qué dinero, qué reglas. Ahí vamos. 

Mira que nuevamente la vida me da las cosas que alguna vez sentí que no las volvería a vivir. En algún momento de mi vida le puse un nombre a la vida: boomerang. Así cuando ayer estaba regresando a (mi nueva) casa y a punto de no pagar pasaje, se me vino a la mente la idea de que la vida nos regresa lo que alguna vez damos o dejamos de dar. Pago no más. No sé si sera cuestión de ética, moral, o de que me visualicé en una situación en la que no tenía ni un centavo o cuando me había olvidado el monedero en casa y un cobrador me dejó viajar gratis. Será la mezcla de muchas cosas lo que al fin y a cabo me empujaron a ser más consciente de lo que uno da, de la cosecha, de las neuronas espejo, del reconocerse a uno mismo en los demás. 

Ya casi no se trata de mí y mis usuales mis hábitos egoístas. 

Yo me dije que no escribiría de esto hasta que pase, porque de algún modo quería terminar de procesarlo. El hecho de encarar las cosas del pasado y de no juzgar los resultados, simplemente vivir y guiarme por el qué estoy haciendo ahora para llegar a donde quiero estar mañana. Pero a la vez, el vivir el presente, porque el hoy será  algún día lo que justamente estudio: Historia.

martes, 28 de abril de 2015

La experiencia Raíces (basado en el libro de Alex Haley).


Quería escribir sobre esto y no sabía en dónde encajarlo. Concluí que en este blog miscelánea-medio diario-funcionaría bien. No quiero dejar pasar la oportunidad de vaciar y compartir las ideas, reflexiones, pensamientos que me dejó leer Raíces de Alex Haley. 

¿Cómo empezó?

Un día vi varios videos sobre algunos escritores recomendando libros para leer. No recuerdo bien si fue Jeremías Gamboa u otro quien recomendó un libro llamado Raíces. El título se me quedó grabado y más o menos me enteré de qué se trataba. Pasaron varias semanas-o meses-hasta que un día de Enero fui a la Feria permanente de libro Amazonas a comprar un libro de Julio Ramón Ribeyro. Tenía en mente comprar un libro y terminé llevándome tres.

domingo, 29 de marzo de 2015

Otro (simbólico) comienzo.

Cuando leí esas palabras sentí como si un castillo de naipes se cayera dentro de mi cabeza. Sonaron como fichas de domino mezcladas con vasos de vidrios estrellándose contra el suelo. No siempre es bonito que te rechacen. No siempre es bonito no concretar planes y no tener un plan B. Luego de algunos segundos pensé en la frase que tengo pegada en mi escritorio: más vale una palabra de aliento después de un fracaso que una felicitación después de un logro.

jueves, 19 de febrero de 2015

Verano al máximo


Qué desactualizado tengo este blog. Bah. Es 2015. Verano. Creo que el más peligroso de todos los tiempos. Me he quemado horrores hasta el punto que soy más consciente del daño. Si antes no salia mucho gracias a los carnavales, ahora no lo hago porque temo quemarme. Es que el sol, ahora sí, daña. Y no es algo que se vea en los comerciales, es algo que se vive en carne propia. El sol se impregna en la piel y no sale de ahí ni con exfoliante. Es de terror. 
 

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