Ya es Diciembre. Se esfuma este año y lo hace cada vez más rápido. Como el tiempo que se dice que es una unidad de medición, y no los números, según la película Lucy. Será que todo esto es parte de la crisis de mediados de los veinte. Ya no pienso en las cosas tan a la ligera. Dejar lo conocido atrás y embarcarse en algo nuevo cuesta, pero trato de luchar contracorriente, aunque la corriente muchas veces sea la mía. Es Diciembre y no me preocupa. No me desespera no ser parte de la fila. Voy y hablo sobre mis supuesto registro y no me creo ninguna palabra. ¿Será que estoy flotando? ¿Será que necesito bajar al llano? Si el dinero hablara desearía no ser dinero.
Es Diciembre y regreso de una larga caminata. Me siento satisfecha y motivada para el día siguiente. Qué vendrá mañana. Reviso mi bandeja y veo un e-mail para una entrevista. Lo pienso por un rato. Regresar o no regresar, he ahí el dilema. Al menos anda para ver qué pasa, recuerdo las palabras de mi terapeuta y me digo a mi misma que no tengo nada que perder. Ahora los planes cambian un poquito. Tal vez de eso se trata la vida. Life happens when you're making plans...
Ahora voy. Ahhh qué bonito, la bici y yo por las calles de San Borja. Resulta que no tengo código. No hay bici, no hay paseo. Pero hay un parque hermoso en donde me tiro y leo un libro. De rato en rato voy viendo a la gente pasar, escucho el canto de las aves, veo a los chicos conversando, hay personas enternadas que pasean, hay un chico que come solo, hay una chica que se sienta la lado de un señor, hay una sesión de fotos. Es Diciembre y estas cosas pasan. En el Olivar, en el Reducto, en cualquier parque de Lima. Ahí va.
0 comentarios:
Publicar un comentario