Comprar un “libro no libro” es
algo confuso para un amante de los libros, más aún si el autor te propone una
serie de ejercicios que atentan contra el estado físico del libro. Por mucho
tiempo me resultó difícil subrayar un libro con otro utensilio que no sea un
lápiz. Un día me puse a pensar en el por qué de esa acción y concluí que gran
parte de ese supuesto cuidado se debía a que tenía miedo a equivocarme. Miedo a
que el libro se vea feo, miedo a subrayar y no poder borrarlo; también miedo
a romperlo, mancharlo y ensuciarlo.
Tiempo después escuché en la
radio que una buena lectura implica también subrayar, resaltar y anotar ideas
sobre el libro. Miré mis libros bien cuidados y apilados cuidadosamente en mi
escritorio y decidí comprarme lapiceros de colores y usarlos sobre mis libros. Desde ese entonces comprobé
que las lecturas me resultaban más digeribles y que realmente podía divertirme leyendo
textos que usualmente patearía por su complejidad.
Yendo más allá
Leí sobre Keri Smith en
escribir.me, descargué las “100 ideas para escribir” y me propuse hacerlas en
un cuaderno. Quedé tan fascinada con los ejercicios que sentí curiosidad por
saber más de ella y comprar algún libro.
¿Quién es Keri Smith?
Mi colección