domingo, 27 de abril de 2014

¿Podemos reconciliarnos?

En estos días te encontré de nuevo. No me había olvidado de ti. Nunca lo hice. No sé muy bien por qué te fuiste. Cambiaste. Te vi muy cambiada las últimas veces. Te veías más feliz, más segura, con más ganas de probar cosas nuevas. Irradiabas tanta vida que quería un poco de tu luz. Me acercaba, pero ya no era lo mismo. Era como si de algún modo ya no estuviéramos conectadas. Me quedé sin gasolina, mientras que tu ibas a mil por hora. Te perdí de vista.


Aquí estuve. Los años pasaron y regresaste. Luces algo mayor, hablas diferente, piensas diferente, sin embargo sientes igual. Ayer me invitaste a salir y charlamos de las cosas que vivimos mientras no nos vimos. Te disculpaste por no llamar ni escribir. Te mentí y te dije que ya no importaba. La gente siempre miente en esos casos. 

"Qué bueno es tenerte de vuelta. No quisiera perderte el rastro de nuevo"-yo decía. Y tu hablabas de lo importante que era tu pasado, y sobretodo las personas que habían dejado una huella en tu vida. Me sentí especial. Podría haberme quedado toda la noche platicando acerca de las cosas que pasamos juntas. De la vez que escuchábamos la radio y cantábamos todas las canciones. Las sabíamos todas de memoria. O cuando caminábamos por las calles a altas horas sorteando el peligro. Pero ya no hablaríamos más de la vez que te fuiste. Ya no más del día que me sentí sola y de los días que te extrañé.

Hoy dormí. Me levanté y escuché a los perros aullar. No pensé en que sería una mala señal. Solo volví a la cama y me estiré. Al rato sonó el despertador.

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