Estimada:
Espero que te encuentres bien. Dios solo sabe por lo que estás
pasando. Que él guarde tus pensamientos. Quiero que sepas que eres una persona
única. Todos somos únicos y hay que valorarlo. Eres un ser humano especial.
Eres una mujer fuerte y si deseas algo con todo el corazón, te aseguro que lo
lograrás.
Te digo, también, que no tienes nada de malo. Que nadie te va
a juzgar por tus decisiones. Nadie tendría que hacerlo si es que son puras y
vienen del corazón. Y tú lo sabes. Solo Dios y tú pueden juzgarte. Y si alguna
persona lo hace, pues es su problema no el tuyo.
No te voy a decir que la vida es fácil. La vida es difícil,
es casi un martirio. La felicidad consiste en sortear esa condena. Y sé que
eres capaz de ver lo bueno en todo momento. La vida está llena de retos que son
para ti. La vida consiste en buscar y crear oportunidades para aprovecharlas.
Así de dura es.
No es malo tener miedo. Eres un ser humano de carne y hueso y
tienes sentimientos. No permitas que el miedo te guíe. Ensaya siempre. Cambia
tu forma de pensar. Trata y trata varias veces. No te rindas. Sé perseverante.
La única forma de vencer el miedo es enfrentándolo. No te sientas mal si es que
fallas. Las caídas valen la pena en la medida que te levantes.
Cuida tus pensamientos. Analízalos. Escríbelos. Piensa en
positivo. Acéptate cómo eres. Y si quieres cambiar algo en ti, trabaja en ello
para bien. Sé tú misma.
Confía en las personas. Hay personas buenas. Las personas son
una caja de sorpresas. No seas sombra, se luz. No eres más ni menos que
alguien. Sé humilde y agradecido. Acepta a las personas como son. No trates de
cambiarlas, no reniegues de su forma de ser. Escucha a los demás. Ábrete con
las personas. Sé honesta.
Sé paciente y no desesperes. No pierdas la esperanza. Las
cosas llegan a tiempo, no las fuerces mientras te esfuerzas.