miércoles, 7 de mayo de 2014

I Like Privacity

En estos días existen personas que no pueden vivir sin entrar al menos una vez al Facebook. Hace 4 años, cuando redactaba las cuasi-últimas palabras de la primer etapa de este blog, Facebook aún no era popular. Era la época, ya en caída, del Hi5. Y del messenger. 

En el 2010 creé mi cuenta de Facebook. Las invitaciones y las sugerencias llegaban solitas, como casi de la nada. Era una plataforma nueva, que se actualizaba a cada minuto, donde podías encontrar a personas que no veías de años. Tuvo una buena acogida. Lo bueno era que podía estar más en contacto con las personas que veía y no, también. Parecía una buena alternativa. La verdad no he sido muy asidua, sino hasta el 2012, cuando todos hablaban del famoso Face. 

Las charlas matutinas en el trabajo giraban en torno a: tengo sueño, porque ayer me la pase chateando en Facebook. Bueno, cosa de cada uno.

También he tenido mis tiempo de ocio en el Facebook. He sido parte de eso de publicar cada cosa que me pasa y compartir cualquier contenido que me llame la atención. Sin embargo, he estado sintiendo una sensación muy extraña frente al Facebook, al punto que he siento que lo aborresco jajaja.

La idea de compartir contenidos en exceso, de los cuales en su mayoría no son relevantes. Es el lugar perfecto para las indirectas, para hacernos la ilusión de haber tenido un gran día, para restregar en la cara lo feliz que estamos....

Cada quien sabe que hace con su vida. Tal vez sea mejor usar racionalmente y no tanto emocionalmente el Facebook. Hay que aprender a respetar nuestras intimidades y si no sabían: existe un botón que se llama "dejar de seguir" en caso sean bombardeados por las constantes actualizaciones que no necesariamente queremos saber acerca de alguien.  Sin riesgo a eliminar a un amigo.

Paz

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